LA FORMACIÓN DEL ESPÍRITU INVESTIGADOR

Presentación del libro
Historia de un pueblo. Relatos y costumbres de Zaachila. Vol III. Gerardo Melchor Calvo. 2009. Casa de la Cultura Oaxaqueña, México…

Por ich es Mayäe, 12 de Junio de 2009.

Muy buenas tardes…


Disfruté el tercer volumen de Relatos y Costumbres de Zaachila. Rompí en carcajada varias veces por las anécdotas de esas fotografías habladas. La verdad, no pude resistir el deseo de experimentar a su lado, ese tradicional y único jarabe zaachileño o ese sabroso y único coloradito con frijol blanco. Se antoja Zaachila por su riqueza y por su fandango. Gerardo Melchor Calvo, escribió bien “Los zaachilenses son muy celosos y amantes de sus costumbres, de sus tradiciones y su cultura… Las costumbres y tradiciones son parte de la identidad de un pueblo… Un pueblo sin tradiciones y sin costumbres, aunque la costumbre sea no tener costumbres, no vale nada…”

Me siento muy honrada porque los hermanos Gerardo y Jaime Melchor, me entregaron una tarea hermosa en su forma y difícil en su contenido, sobre todo porque Rubén Vasconcelos Beltrán, escribió para nuestro vecino, amigo y escritor Gerardo Melchor Calvo una presentación que bastaría para esta tarde. Rubén, con su muy particular estilo, cumplió el propósito. Por eso me preguntaba si hay algo más para compartir sobre este libro…

Sí, sí hay…

Ahora que ya se ha recolectado la historia oral ¿para qué más nos sirve además de preservarla y contarla?

¿Me permitirían sugerir de qué manera podría, esta información en forma de narrativa, ser sobreutilizada?…

En la recolección puntillosa de Gerardo Melchor, puede obtenerse algo más amplio aún y lo mismo con todas las obras que recopilan fragmentos de la vida cotidiana de México histórico. Algo más allá del rescate identitario a medias o de la tradición o la costumbre solamente.

Resignificar.

Vayamos a la causa, comprendamos los efectos…

Qué subyace a la matlazihua, a la carroza de la muerte, a los desencarnados, al ave negra, las brujas, al alma en pena, al perro negro, las monedas que aparecen de la nada o las almas, a los concheros, los rituales religiosos y un sin número de fenómenos posibles y reales que por inexplicables, pueden provocar la parálisis producto del miedo o la valentía de enfrentarse con lo desconocido.

Qué subyace al fandango, la fiesta o la violencia de los valientes antiguos… ¿por qué es que estos relatos se reproducen a lo largo y ancho de México con extraordinaria similitud?

Hay alguien aquí dispuesto a cruzar el umbral. ¿Alguna curiosa en la sala?

Esta obra en su conjunto, presenta invaluable la punta del Iceberg de un universo en paralelo. Una cantidad deliciosa de secretos por revelar y de momentos significativos para cada poblador de Zaachila sean divertidos o funestos.

Los relatos y costumbres en general, más que producto de la fantasía popular, en este libro, son un enigma. Información oculta en símbolos y códigos que ahora están en manos de nosotros Descifrarlos sí importa. La historia se resignifica cuando se pregunta para comprender y no sólo para describir cómo fueron o siguen siendo las cosas.

Resignificar, sugiere reflexión. Lo hemos hecho, sólo que de forma inconciente. La muestra la ofrece el mismo Gerardo al narrar cómo fueron retiradas algunas prácticas y creencias como: ¡Cuerda con los muchitos!. Costumbre extinta por considerarla cruel. Los latigazos y flagelaciones de semana santa o las prácticas de la pedagogía basada en la tortura. Ahora, “la letra con sangre ya no entra”. Los asesinos no soy valientes.

Resignificar, nos permite no sólo construirnos una identidad más completa, sino aprender de nosotras y nosotros mismos.

Quizá en un futuro, gracias a esta y otras recolecciones de historia oral se demuestre hay más dispuesto a nuestros sentidos y la realidad que un día nos provocó miedo, confusión o rutina, poco a poco se conviertan en simplezas de la cotidianeidad plena en posibilidades.

La historia siempre sirve para mucho más…

Y para no terminar como el chinchulín de este ejemplar, pongámonos la ropa al revés para entrarle al mundo de los espantajos y conocer lo que esconden las tradiciones, para que cada cual haga algo con esta valiosa mirada al pasado de un pueblo, entrañable, cambiante, rico… Zaachila… Zaachila, te llevo prendidito al corazón…

Para que cada día, comprendamos mejo por qué soy como soy y mi identidad finalmente esté mejor estructurada.

Muchas gracias Gerardo, Jaime, a la autoridad del pueblo y a ustedes por su atención.

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